Por un mejor ambiente
  Maltrato animal
 

Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.


 Maltrato animal:un crimen legal.

Becerradas en Algemesí, un nuevo capítulo de la barbarie

 

 


Si las manchas de la sangre derramada sobre la tierra fuesen indelebles, sería muy complicado caminar por España sin pisar en rojo. Nuestro País es una suerte de gigantesco proscenio maligno, en el que organizar continuas exhibiciones abiertas de asesinatos reales es de una sencillez estremecedora. Existe toda una industria del crimen organizado destinada a convertirse en espectáculo de masas y lo más turbador es que este negocio, indigno y letal, es completamente legal.

 

Disponemos a tal fin de actores, bien es cierto que para uno de ellos su primera escenificación siempre es la última; también de público, muy satisfecho al saber que en la obra que contemplan no hay lugar para la ficción, que no son simulados el sufrimiento ni la muerte del actor al que le corresponde indefectiblemente el papel de víctima; hay productores, llámese financiación pública, y de divulgación del cartel, canales de difusión previa que nos anuncian la inminente tortura de seres vivos. Entre todos se encargan de garantizar la permanencia de esta suerte de cultura gore sin efectos especiales. Aquí no hay trucos de maquillaje, las armas no son imitaciones en plástico, las heridas sangran realmente y las convulsiones no son fingidas.


Todavía somos incapaces de contener las náuseas que nos han producido las imágenes del miserable y cobarde alanceamiento de Moscatel, el desventurado Toro de la Vega de Tordesillas, y ya vemos como la Parca ha encontrado una nueva caterva de hombres feroces dispuestos a ofrecerle más carne inocente, esta vez será en Algemesí (Valencia), donde tendrán lugar las infaustas Becerradas Cadafaleras. Otro nombre, otro lugar, pero una misma filosofía: martirizar con un ensañamiento difícil de asimilar a animales, haciendo de ello un motivo de fiesta y de diversión.

                                                                                                           texto tomado de: www.findelmaltratoanimal.blogspot.com



lunes 6 de abril de 2009

 











En España sí existe la pena de muerte:

 
Dicen que en España no existe la pena de muerte y esa es una afirmación falsa, claro que la tenemos; las ejecuciones se suceden a diario y los condenados no suelen permanecer en el corredor más allá de un mes. En nuestro País tenemos perreras en las que todos los días perros y gatos son eliminados en la más absoluta soledad, tan solo acompañados por aquellos que van a correr la misma suerte y por supuesto y a diferencia de los humanos, sin la asistencia de un abogado. Aunque realmente tampoco sería necesaria la presencia de un letrado para defenderlos porque ninguna de estas criaturas ha cometido un delito. Se les mata porque sobran, porque molestan, porque el sistema que fomenta su abandono no sabe qué hacer con ellos y lo único que se les ocurre para "gestionar" esta cuestión, es inyectarles una dosis de una sustancia letal lo más barata posible, para ahorrar en costes lo que se gana en sufrimiento. Cada minuto que tarda en morir uno de estos seres mientras agoniza, y son muchos, se traduce en euros que sirven para subvencionar la tauromaquia o para pagar un sueldo de por vida a los ministros retirados.
 

Todos los días mi correo se llena de peticiones desesperadas de acogida de perros que en las próximas horas van a ser ajusticiados – creo que me he equivocado utilizando un término derivado de la palabra justicia -. Gran parte de ellos han llegado a las perreras con heridas después de haber sido maltratados o víctimas de un intento fallido de asesinato, estos últimos habitualmente a manos de cazadores; muchos son perros ancianos o con alguna minusvalía: ceguera, a falta de alguna extremidad, con leishmania o simplemente perros "feos", y si los que no pertenecen a estos grupos tienen extremadamente difícil su salvación, aquellos que están tocados por alguna de las desgracias que acabo de enumerar están abocados con toda probabilidad a esa muerte lenta y jamás merecida porque nadie repara en ellos.


Hay varias cuestiones que entran en juego en este macabro asunto: la reproducción de los perros, la compraventa de los mismos, su abandono y el destino que les espera a aquellos que van a parar a dependencias municipales. Esto es una cadena infernal que nace de la negligencia y desinterés de nuestros gobernantes en este problema, pasa por la actitud irresponsable de muchos ciudadanos y acaba de forma trágica con unos protocolos de actuación en los que queda patente que el crimen ha encontrado su espacio en las ordenanzas locales.

La pregunta final para justificar tanta crueldad, ¿qué hacemos con los perros que se recogen?, va encontrando respuesta en cada uno de los aspectos que propician esa presencia masiva de canes en la calle; el problema es que los que tienen la capacidad para atajar esta realidad no tienen el menor interés en que desaparezca pues les pueden la cobardía, el miedo a perder votos, el desinterés en destinar dinero a este asunto y por lo tanto, desviarlo de otros aspectos que personalmente les resultan mucho más lucrativos, la falta de iniciativas para una toma de conciencia social todavía muy escasa por más que cada día sea mayor el compromiso para acabar con estas ejecuciones y cómo no, una carencia de sensibilidad escalofriante.

                                                                                                                          texto tomado de: www.findelmaltratoanimal.blogspot.com

 

 
 
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